miércoles, 28 de mayo de 2014

Noticias locas: ¿Tongo con Tangalanga?


El famoso crack de las jodas telefónicas Julio Victorio De Rissio, quien será recordado por todos como el Doctor Tangalanga, falleció el 26 de diciembre, a los 97 años. Una larga vida de un hombre que hizo reír a generaciones, no sólo de adolescentes, sino también de adultos e, incluso, intelectuales de primera línea.
La víctima más memorable del Doctor Tangalanga fue el hombre del gimnasio. Durante doce años fue torturado vía telefónica, motivo por el que aseguraba cambiar constantemente su número. Hasta cuando el Doctor -también conocido con el alias de Cantaluppi, Tarufetti, Quintana y Zarrasqueta- hizo una presentación en la ciudad de México, el público enloqueció cuando supo que iba a llamar al muchacho del gimnasio al que le había hecho las mil y una y hasta lo había hecho llorar.
El Sensacional pudo hablar con la famosa víctima: se llama Octavio Cavalli, es abogado y músico, y confesó que todo estaba arreglado.
“Me acerqué a Julio como fan. Tenía 16 años, lo rastreé y lo llamé a la casa del hijo, que es un colega mío. Me atendió la nieta y le conté que había podido averiguar el nombre verdadero de su abuelo, había buscado el número en la guía y quería conocerlo. Le dejé mi teléfono y a los dos días me llamó. Y ahí comenzó una amistad: ‘hiciste una investigación propia del FBI, pibe’, me dijo”, declaró Octavio.
Si bien su deseo de conocer a Tangalanga estaba cumplido, “el del gimnasio” nunca imaginó que iba a terminar protagonizando las ridículas llamadas del humorista. “Julio tuvo una época en la que actuaba en un ciclo en un horario en el que la mayoría de la gente estaba durmiendo, no le atendía nadie o le cortaban. Entonces él tenía dos o tres backups por las dudas. La primera vez me dijo: ‘Che, ¿si se me pincha la noche me das una mano?’”. 
Fue tal el éxito de los diálogos, que hubo que repetir la secuencia. “Me dijo: ‘Reventó tu llamado, ¿querés que lo hagamos de nuevo?’. Y yo acepté”. Incluso hubo una frase que se extrajo de sus conversaciones y el público mexicano imprimió en remeras cuando el Doctor fue de gira por esos lares: “¡Dame paz, carajo!” le pedía Octavio a Tangalanga. “Eso fue invención mía. No había nada que estuviese guionado”, explicó.
Pero hubo un momento en el que el fan convertido en amigo tuvo que poner un freno. “Había gente que me insultaba en Twitter, o me llamaban y me decían: ‘¿Vos sos el del gimnasio, puto?’. Entonces confesé que estaba todo arreglado. Tuve que matar el mito, terminarlo”.
En cuanto a la reacción de Julio ante su accionar, Octavio contó: “No sé cómo le cayó. Pero él estaba tranquilo porque a él no lo llamaban. Presupongo que se debe haber generado en su círculo de producción algo, como que lo traicioné. Cuánto lo lamento”.
Además, recordó su última participación como el hombre del gimnasio. “Fue en un show en La Trastienda. Roberto, su representante, me llamó y me dijo que a veces Julio tenía lapsos en los que se quedaba callado porque perdía la conciencia y me pidió que en esos momentos tratara de ayudarlo”.
Los llamados duraron entre 1998 y el 2010. “Fueron doce años de llamar a la misma persona. ¡Alguien tenía que sospechar!”, opinó Octavio. Sin embargo, pidió que todos mantengan en sus recuerdos a su amigo: “Ojalá que trascienda. Que no se olviden de él”.

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