Desde febrero de 2012 se volvió ilegal morir en Falciano del Massico, un poblado de 3.700 personas a unos 50 kilómetros de Nápoles, en el sur de Italia, informó la prensa local el martes pasado.
El alcalde del pueblo, Giulio Cesare Fava, emitió el decreto porque el poblado no tiene cementerio y está enemistado con una ciudad cercana que tiene uno, lo cual ocasiona un problema de logística sobre qué hacer con los muertos.
El alcalde dijo a los periódicos que los habitantes están satisfechos con la extraña medida.
"La orden ha traído felicidad", dijo Fava, citado el martes por la prensa. "Pero desafortunadamente dos ancianos desobedecieron".
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