A veces, el sexo puede llegar a matar, sobre todo cuando la competencia
por transmitir los genes obliga a realizar intensas y maratonianas sesiones de
apareamiento que duran entre 12 y 14 horas. Esto es lo que acaba de comprobar
un equipo de científicos australianos al descubrir una nueva especie de
marsupial, parecido a un ratón, que muere tras copular de manera frenética,
según publican en la revista Zootaxa.
Esta criatura tiene un pelaje anaranjado, pero su larga cola y sus
patas de color negro han llevado a los investigadores a catalogar la nueva
especie como Antechinus de cola negra. En ella los machos afrontan un destino
fatal después de aparearse: literalmente, mueren por exceso de sexo antes de
cumplir un año de vida. "Cuando tienen 11 meses todos los machos
mueren", asegura el Dr. Andrew Baker, de la Universidad de Tecnología de
Queensland.
El periodo de apareamiento dura tan solo unas pocas semanas, y se
produce en los meses de otoño e invierno austral. Después, los machos mueren
por estrés sexual. "[La nueva especie] probablemente sigue el patrón
típico de Antechinus, en el que todos los machos mueren antes de cumplir un año
de edad ", explicó Baker a ABC News.
La competición que surge entre los machos de esta familia de
marsupiales, las agresiones entre ellos y la hiperactividad a la que están
sometidos en periodos de cría provocan la muerte de estas criaturas.
Según señalan los investigadores, la tensión a la que están sometidos
para conseguir que su material genético pase a la nuevas generaciones provoca
infecciones, hemorragias internas, una desintegración de los tejidos del cuerpo
y, finalmente, la muerte. Además, su sistema inmunitario también se debilita
debido a que no se alimentan durante el frenético periodo de apareamiento.
"Es un poco angustioso verlos morir", asegura la bióloga
Diana Fisher de la Universidad de Queensland, "Su piel se cae. Parecen muy
enfermos y se tambalean. A veces tienen gangrenas debido a que su sistema
inmune deja de funcionar", apunta.
Fue en el año 2013 cuando Diana Fisher desveló que la competición del
esperma impulsa la "reproducción suicida" y provoca la muerte por
estrés en algunos marsupiales australianos y, en menor medida, en los
sudamericanos, dejando de lado la teoría de que los machos morían por puro
altruismo al entregar alimentos a sus crías.
En su descubrimiento Fisher detalló que "cada apareamiento puede
durar de 12 a 14 horas y lo hacen una y otra vez". Además, destacó que si
sobreviven a este acontecimiento, "después son estériles".
Aún se desconoce el número
exacto de ejemplares de esta especie, que se cree que habita solamente en las
zonas altas y húmedas del Parque Nacional Springbrook, situado cerca de las
zonas montañosas de la región de Gold Coast. Los investigadores tratan de
incluir al nuevo marsupial dentro de la lista de especies en peligro de
extinción.

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